HOLA ! Soy Vicente Consciente y hoy quiero contarles acerca del Día Mundial de la Salud Mental, para así podamos ir cumpliendo con la ODS3 SALUD Y BIENESTAR.

   El 10 de Octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una efeméride impulsada por la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH), con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

   

     Ahora bien, uno de los problemas actuales y muy común es el bullying (o acoso en español). El bullying se asocia al acoso escolar, siendo éste la exposición que sufre un niño a daños físicos y psicológicos de forma intencionada y reiterada por parte de otro, o de un grupo de ellos, cuando acude al colegio. El acosador aprovecha un desequilibrio de poder que existe entre él y su víctima para conseguir un beneficio (material o no), mientras que el acosado se siente indefenso y puede desarrollar una serie de trastornos psicológicos que afectan directamente a su salud o incluso, en situaciones extremas, conductas autodestructivas.

 

   Las causas que originan el bullying dependen de cada caso concreto, aunque suelen tener unas características comunes: el acosador escolar no tiene empatía ,y por tanto, es incapaz de ponerse en el lugar del acosado y ser sensible a su sufrimiento.

   El origen de la violencia del acosador puede venir causado por problemas sociales o familiares, que pueden provocar que el niño desarrolle una actitud agresiva y que en la adolescencia sea violento. «En muchas ocasiones, los acosadores son personas que también han sido acosadas».

 Otros factores que pueden incidir son una situación socioeconómica desfavorable en casa, poca organización en el hogar o tensiones entre los padres.

  También influyen factores relacionados con el colegio y los profesionales que allí trabajan. «El clima escolar es clave».

   El bullying escolar se suele producir durante el recreo, en la fila para entrar a clase, en los baños, los pasillos, los cambios de clase, al entrar y salir del hall central, en el transporte escolar o en el comedor. También puede ocurrir en el aula, cuando el profesor está escribiendo en la pizarra o mientras está atendiendo a otros alumnos.

   Las formas que utiliza el acosador para intimidar a su víctima se dividen de la siguiente manera:

Acoso físico: El acosador golpea, empuja o utiliza algún instrumento para hacer daño físico a su víctima. También puede esconder sus cosas.
 
Acoso verbal: Consiste en insultar, poner sobrenombres, realizar amenazas o provocar a otro niño.
 
Acoso social: Este tipo de bullying se produce cuando el acosador decide aislar a su víctima, difundiendo rumores, convenciendo a otros niños para que no hablen con la víctima o lo humillan en público para que el acosado se sienta aislado.
 
Acoso sexual: Son todas las acciones que tienen que ver con los actos sexuales (como tocamientos no consentidos) o que se burlan de la orientación sexual de la víctima.
 Acoso por internet o cyberbullying: Es un tipo de acoso escolar que ocurre a través de teléfonos móviles, tabletas, computadores, etc. En estos casos el acosador suele enviar mensajes de texto o correos electrónicos desagradables; difundir rumores a través del email o en las redes sociales, o imágenes y vídeos denigrantes, así como crear perfiles falsos que pueden resultar embarazosos.

    Este tipo de acoso está aumentando en los últimos años y se caracteriza porque, a menudo, las víctimas que sufren cyberbullying también son acosados en persona. Además, por las características de internet puede suceder 24 horas al día, 7 días a la semana y afectar al niño cuando está solo.

 

   En el cyberbullying las imágenes y los mensajes pueden publicarse de forma anónima y llegar rápidamente a un gran número de personas. Estos mensajes inapropiados e hirientes son muy complicados de eliminar cuando ya están publicados.

   La prevención del  acoso escolar es fundamental para minimizar y reducir sus efectos cuanto antes. Dado que las causas que motivan el bullying son muy diferentes hay que buscar soluciones al problema mediante una propuesta amplia y abierta contando con el diálogo como la principal herramienta para detenerlo.

   Los profesores y los padres o tutores de los adolescentes tienen que llevar a cabo medidas que impidan la aparición de nuevos casos de bullying. Para conseguirlo deben identificar los factores de riesgo que los generan y actuar sobre ellos. Pueden realizar acciones como campañas de sensibilización sobre el maltrato infantil, talleres formativos para explicar a los padres los modelos educativos adecuados, etc.

   Se hace muy necesario realizar acciones que dificulten que el maltrato se siga produciendo y que el adolescente tenga mayores problemas. En este sentido, es necesario que exista una relación de comunicación fluida entre las familias y el profesorado del establecimiento educacional.

   Además, los profesores deben aumentar la vigilancia a la entrada y a la salida del colegio, así como en los lugares donde es frecuente que se produzca el acoso.

   Y por último, la compañía constante de dos o tres personas de la confianza del acosado hasta que desaparezca el sufrimiento puede ser muy beneficiosa para la víctima.

¡Hasta la próxima!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *